Situada en el sur de Bohemia, esta encantadora ciudad está impregnada de romanticismo y es el segundo lugar turístico más visitado de la República Checa. Ha sido inscrita como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con más de trescientos edificios incluidos en esta categoría.

La ciudad con aguas termales naturales con efectos curativos, Karlovy Vary, es la ciudad balneario más famosa de la República Checa. El rey Carlos IV descubrió los manantiales termales de Karlovy Vary en 1358, y desde entonces se sabe que muchas figuras emblemáticas como Beethoven, Bach, Chopin y el zar ruso Pedro el Grande han visitado y disfrutado de los manantiales curativos de esta ciudad. Podrá disfrutar de paseos por las hermosas riberas del río, dejarse encantar por las joyas arquitectónicas y visitar los balnearios, piscinas y centros de bienestar de toda la ciudad.

Cuando se descubrió aquí el mineral de plata en el siglo XIII, Kutná Hora se convirtió instantáneamente en una importante ciudad hasta que los recursos de plata se agotaron en el siglo XVI. Algunas de las atracciones más importantes de esta ciudad son la iglesia gótica de Santa Bárbara, de cinco naves, que comenzó a construirse en 1388, la Corte Italiana, antigua residencia real y ceca, construida a finales del siglo XIII, y el cercano osario de Sedleč.

Conocida sobre todo como ciudad comercial, la característica más destacada de esta ciudad es la producción de la cerveza de categoría mundial Pilsner Urquell.

En Terezin, encontrará una gigantesca ciudadela con más de 4 km de murallas, construida en el siglo XVIII por el emperador José II y destinada a servir de defensa contra la agresión prusiana. Terezin fue utilizado como campo de tránsito y prisión de la Gestapo de Praga por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. El Museo del Gueto le contará la tristísima historia de los judíos, de los que fueron enviados más de 150.000, y sólo 17.247 sobrevivieron.

Esta fortaleza medieval está situada en medio de una campiña realmente impresionante, y el viaje de vuelta a Praga puede completarse antes del anochecer. Esta proximidad a Praga hace que Karlštejn sea una de las principales atracciones turísticas de Praga. Este atractivo castillo gótico fue fundado en 1348 y construido por el rey checo y emperador romano Carlos IV para la custodia de los tesoros y documentos reales.

El castillo de Konopište tiene una historia arquitectónica rica y diversa. El castillo original se construyó para ser utilizado como fortaleza, expresando el estilo de las ciudadelas francesas. Posteriormente, el hecho de tener diferentes propietarios hizo que la fortaleza tuviera estilos tanto barrocos como renacentistas. El último propietario privado de esta finca fue el archiduque Francisco Fernando, que siguió siendo el dueño hasta su muerte al comienzo de la Primera Guerra Mundial.

Originalmente un castillo de caza de la dinastía Přemysl, este vasto castillo real gótico es del siglo XIII y fue reconstruido a finales del siglo XV para Wladyslaw Jagiello. Se utilizó como prisión en el siglo XVI antes de ser incendiada en 1643 y finalmente restaurada a finales del siglo XIX y XX. Los emblemáticos interiores del castillo incluyen la capilla, la sala de los caballeros, el salón real, la biblioteca de Fürstenberg, la cárcel y el museo de Fürstenberg, que alberga las pinturas y los libros.

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